
Creo que todo el mundo tiene la capacidad de un cambio positivo y duradero, y me apasiona ayudar a los demás en su proceso hacia la curación. Creo que la terapia es un proceso de colaboración que se centra en una fuerte relación terapéutica, y que cada individuo tiene fortalezas inherentes y los recursos internos que se pueden acceder más profundamente y construido con el fin de ayudar en el viaje de curación. Mi esperanza es ayudar a otros a cultivar la autoconciencia y la curiosidad, desarrollar habilidades y herramientas que promuevan un cambio positivo, y ver los problemas como obstáculos en lugar de como una definición de la persona. Abordo el proceso terapéutico con compasión y aceptación, y me esfuerzo por ofrecer un entorno informado sobre el trauma, de apoyo y de empoderamiento que permita a los demás explorar y crecer.
Me alineo con un enfoque holístico que se centra en la curación de todos los aspectos que afectan el bienestar de una persona, incluyendo la salud física, emocional, mental, social y espiritual y el bienestar. Considero que cada persona es única, y como tal creo que la terapia es más eficaz cuando se individualiza para satisfacer las necesidades únicas de cada persona. Para lograrlo, recurro a diversas modalidades, como la terapia centrada en la persona, la terapia cognitivo-conductual (TCC), la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR), la experiencia somática, el yoga sensible al trauma centrado en el trauma (TCTSY), la terapia narrativa, la teoría del apego y los sistemas familiares internos.
Me gradué de Prescott College con mi Maestría en Consejería Clínica de Salud Mental en 2018 y he sido acreditada como Consejera Profesional Licenciada (LPC) desde febrero de 2021. Antes de esto, obtuve mi Licenciatura en Trabajo Social con un Minor en Psicología de la Universidad de Montana.